Eleodoro Marenco / Equitación gaucha

El libro Equitación gaucha en La Pampa y Mesopotamia describe los orígenes y las particularidades de la equitación pampeana y del litoral.

Texto: Justo P. Sáenz
Ilustrado por: E. Amadeo Artayeta, Jorge D. Campos y Eleodoro Marenco

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«Su estudio me ha costado doce años de búsquedas y observaciones. Fuera de duda, es el primero en su género que se publica en el país (…) que se haya ocupado en forma ilustrada y orgánica de escribir sobre algo tan auténticamente criollo, como es todo lo concerniente al manejo del caballo y sus diversas clases de arreos.»  Justo P. Sáenz, 1942.


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VOCABULARIO ILUSTRADO

Carona, cojinillo, sobrepuesto, cincha, encimera, cinchón, estribos, frenos, cabezada, fiador, maneas, etc.: todo el recado y los accesorios del jinete son descriptos y explicados. La obra se refiere también a los juegos hípicos criollos, como el pato y la sortija, y a los modos de portar armas y avíos de viaje. Por último, se cierra con un breve y útil vocabulario criollo ilustrado.

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ÁPENDICE GRÁFICO DOCUMENTAL

El autor señalaba que nuestra patria había sido ‘hecha a lomo de caballo’. El libro incorpora una serie de imágenes que documentan el arte de la equitación criolla.

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SOBRE LA PUBLICACIÓN

Edición: 
4ta edición. Año 1959.
Modo de impresión: Caracteres Cochin fundidos en monotipo. Texto y clisés estampados en máquinas de impresión tipográficas. Tapas impresas en hueco offset a seis colores.

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SOBRE LOS ILUSTRADORES

Eleodoro Marenco
(1914-1996, Buenos Aires)

Eleodoro Ergasto Marenco nació en la ciudad de Buenos Aires, el 13 de Julio de 1914. Con innato talento y verdadera pasión investigó, dibujó, pintó y esculpió la tradición y la historia argentina por más de sesenta años.

Con la fuerza arrolladora de su amor por lo gauchesco, Marenco persiguió sin descanso la perfección de los trazos. Un minucioso trabajo de investigación histórica precedió sus obras a lápiz, carbonilla, pluma, témpera, acuarelas y óleos. Con el coraje del autodidacta comprometido con su tierra y el afán por retratar con fidelidad las huellas del pasado, el perfil de cada época y de cada personaje, consiguió que sus trabajos se transformaran en verdaderos documentos siendo, aun hoy, máximo referente e indiscutida fuente de consulta para todos aquéllos que buscan la rigurosidad histórica.

«Recurrí a cuanta fuente de información tuve acceso –escribió– oral o escrita, alentado por mi admiración y pasión por el pasado, que tanto me atraía. Cuanto más se indaga y se conoce, mucho más queda por conocer y una vida no alcanza.»

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Colaboran en esta edición los ilustradores E. Amadeo Artayeta y Jorge D. Campos, también referentes de la pintura rural argentina.


 

FUENTES

http://www.ellitoral.com/index.php/diarios/2012/08/06/opinion/OPIN-05.html
http://eleodoromarenco.blogspot.com.ar/2008/11/blog-post.html