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– Fileteado –
En la primera década del siglo, una característica típica de la ciudad de Buenos Aires la constituía la decoración de los carros y camiones. Las frases pintadas sobre los carros y camiones, reflejaban los pensamientos de la ocurrente filosofía popular. “Feliz Adan que no tuvo suegra”; “De ranas como vos tengo la sartén llena”, pero estas frases estaban rodeadas con unos atractivos filetes realizados por artistas a veces anónimos.
El antecedente obligado para acceder al fileteado era el de poseer estudios de dibujo y pintura. Aprender a preparar los colores elaborando pinturas con albayal o colores al óleo. Los filetes se nutrían con flores, dragones o diamantes. Vicente Brunetti fue el primer fileteador que tuvo Buenos Aires. A los 5 años llegó de Italia y 2 años después comenzó a trabajar en una fábrica de carros ubicada en la calle Paseo Colón. Junto a Cecilio Pascarella, inició el nuevo arte del fileteado decorando las cajas de los carros. La escritura de los nombres en los carros, motivó a Brunetti y Pascarella a pintar filetes y letras, con espigas de trigo, ornamentos y firuletes que sentaron las bases de este arte porteño.
El filete provenía de la gráfica de los billetes argentinos, de las mayólicas de los subterráneos, ornamentos, grafismos, y el uso de la letra gótica. Los fileteadores no eran muchos y desarrollaban su tarea con pintura y barniz fileteando carros, cajas de camiones, carros de lecheros, de verduleros, panaderos y a partir de la década del treinta, también colectivos.
Los carreros mostraban con orgullo sus carros fileteados. Era una exposición artesanal que en todo momento se manifestaba por las calles de Buenos Aires. El filete fue un arte amenazado que sufrió prohibiciones oficiales y que pasó desapercibido al convivir con la indiferencia de la gente.
Hoy ha reaparecido con fuerza renovada. El 1º de diciembre de 2015 el fileteado es declarado Patrimonio Cultural de la Humanidad por la UNESCO.
– Biografía de Antonio Luis Zorz –
Nació el 17 de julio de 1932, en el barrio porteño de Flores Sur.
Hijo de Josefina Feltrin Zorz, italiana nacida en Udine y Antonio Luis Zorz, italiano también y de procedencia veneciana.
Durante su niñez y adolescencia los carros utilizados para transporte fueron parte de su cotidianeidad ya que su casa estaba ubicada a escasos metros de la carrocería de Pablo Crotti, lugar que se transformó en parte del paisaje diario de Luisito.
Hacia 1944, su entrañable admiración carrocera le dará la posibilidad de conocer a quien, con el tiempo, será su amigo para toda la vida: León Untroib.
En 1945, luego de mudarse con su familia en Villa Lugano, tiene su primer empleo en el taller de Alfonso Ravena como letrista.
Transcurre entonces 1956 cuando, entre carteles y marquesinas, conoce a María Carmela Agati con quien, tras 5 años de noviazgo, darán el sí con la ilusión de formar una familia; sueño que concluye, años más tarde, con el nacimiento de sus dos hijos: Claudia y Sergio.
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– Fuentes –