Para este porteño, nacido en el año 1920, el dibujo fue siempre un arte venerable, pese a que durante años debió ganarse la vida ejerciendo otra profesión.Su técnica moderna y la estudiada composición de cada uno de sus dibujos, lo ubicaron a la vanguardia de los humoristas argentinos de los años 40 del siglo XX.
Tras recibirse de bachiller estudió ingles en el instituto nacional, de donde egresó en 1942, para dedicarse a dar cátedras de idioma hasta el año 1946. Sus primeros dibujos publicados datan, sin embargo, de 1939 y aparecieron en la revista Páginas de Columba, a los que siguieron realizados para Cascabel. A partir de 1944 comenzó a publicar trabajos en Rico Tipo y El Hogar. La revista Chicas lo sumo a su staff como jefe de redacción y también fue adscripto a la dirección de Muchnik Editores. Su técnica moderna y sus estudiadas composiciones se volcaron, además, a la ilustración de los cuentos infantiles que publicaba la revista Chiquititos.
Cotta sentía, como bien se ha dicho, un enorme respeto por el dibujo, como puede comprobarse en estas líneas extraídas de un reportaje: “Todas las artes son esencialmente expresiones: es decir, mensaje. Entre ellas, ninguna más directa que el dibujo, ninguna capaz de mayor síntesis, ninguna que iguale el milagro de la línea que en un par de trazos certeros representa un mundo de ideas o de sensaciones, o fija indeleblemente los rasgos de carácter, el vuelo de un ave. El dibujo-viejo como la humanidad- forma la base misma de su civilización”. Su expresividad y estilo vanguardista fueron también muy apreciados por las agencias publicitarias, que requerían sus trabajos permanentemente,
Sus ilustraciones aparecen cada año en los anuarios ilustrados de ADA (Asociación de Dibujantes de la Argentina), junto a los grandes artistas de su tiempo, además de participar en las muestras que periódicamente realizaba la entidad.También realizó las tapas de la colección «Los libros del mirasol», de la Compañía Fabril Editora.
Juan Angel Cotta fue premiado en 1948 por el Salón de Dibujantes y recibió en 1951 la Medalla de Oro en el Salón de Diretores de Arte.
El 11 de agosto de 1962, un accidente automovilístico lo privará de ver impreso su último trabajo: la tapa para una edición del “Martín Fierro”, que se convirtió así en su obra póstuma.
Alumnas:
Mercedes García Santos | Magalí Carbonell Veracruz